¡¡¡Bum, bum, bum, bum!!!
Ese era el sonido de mi corazón. La cabeza me daba vueltas cual día de borrachera y el cuerpo me temblaba lleno de nervios.
Por la tarde hablé con mamá, ella dijo que si yo ya estaba haciendo un poco de vida en esta ciudad ‘¿por qué moverme a otra?’, también dijo que ella no quería escuchar que me movía nuevamente porque ella sólo quiere mi bien, dijo que tenía miedo de mis tristezas, de mis lamentos en mis soledades.
Mi cabeza pensó en los alcances benéficos y también en los perjudiciales que traería la mudanza, vislumbró una posibilidad de ver a la familia antes de irme, pensó en un cambio positivo, pero pensó también en la lejanía.
A todo esto mi corazón sólo respondía con su ‘bum, bum, bum’.
Cuando llegué a mi cuarto busqué desesperadamente un poco de aire, estaba a punto de desmayar, parecía que mi inconciente ya sabía lo que sucedería. Elegí a Mary Barnes y su ‘Viaje a través de la locura’ para respirar un poco, pero toda la descripción de sus juegos íntimos me provocó más taquicardia. Entonces, retomé un capítulo de ‘Las mujeres que corren con los lobos’, que invita a traer a la intuición de regreso, invita a soñar y a preguntarle a tu interior todas las dudas que tengas; el ejercicio: ‘Formula una pregunta antes de dormir y tus sueños te revelarán la respuesta’. Así lo hice.
Calmados un poco los ánimos de mi corazón, me levanté a encender un incienso y me dispuse a dormir. Así de tranquila, el sueño llegó rápido.
Estaba corriendo en línea recta hasta que llegué a una encrucijada, del lado derecho estaba yo, con la ropa que traje puesta durante el día, del otro lado estaba yo, vestida de negro, con un luto impecable, y en medio de mis dos yo, estaba yo misma agitada, sudorosa y con la ropa blanca ya sucia de tanto correr. Me sentía fatigada, entonces decidí simplemente sentarme a meditar, era tanto mi cansancio de me quedé dormida, parece que fueron varias horas en las que mis dos yo me observaron dormir, hasta que alguien me despertó.
Era un hombre barbudo y de cabellos largos que me hizo reconocer un camino más, me invitó a seguirlo un rato. Caminamos mucho, pasamos por calles llenas de casas viejas, muy elegantes, pasamos por barrios en donde se veía que la gente tenía a penas para comer, atravesamos calles entre multitud de carros y algunas más desoladas. Estaba amaneciendo. Llegamos a una plaza, del lado izquierdo había un templo, y en el centro una fuente; nos sentamos en una jardinera, entonces, de su morral sacó un pequeño costal rojo, y de ese costal un envoltorio morado y un frasco de aceite. Me dio el aceite y me dijo que me lo untara en las manos, enseguida me pidió que tomara un puño de cartas con la mano izquierda, luego dijo que las barajara y tomara tres de ellas: La luna, El loco, La justicia. Para mí: alimento, error, justicia.
‘ La Luna es una carta que expresa la personalidad creativa que tú tienes, eso de que te gusta el arte y todas las cosas relacionadas con la cultura, a lo mejor también expresa un talento artístico que nace desde tus entrañas, si te fijas, estos animalitos se están alimentando de las gotas, pero si miras bien, esas gotas van de abajo hacia arriba, esas gotas vienen de las entrañas, de lo que se gesta ahí. Esta carta te dice que debes aprovechar tu creatividad para algo benéfico en tu vida…
… El Loco es una carta que le pone el ‘pero’ a esto, es como algo que no quieres hacer o no te atreves a hacer, es como el bache que hay que cruzar, tú quieres avanzar y darle rienda a toda esa creatividad que tienes, pero hay algo que no te deja, si te fijas el animalito aquí está atacando el ano, que es el centro creativo, entonces esto no deja que este personaje siga avanzando y creando…
… La justicia es eso, justicia, aquí la carta lo que te dice es que pongas en una balanza lo que deseas y lo que tienes, si te fijas la balanza tiene un plato mas grande que el otro, sin embargo los platos están sobre sus rodillas y con sus rodillas equilibra todo…
-Toma otra carta…
… La rueda de la fortuna es como una trampa, hay un personaje sentado en la cima y los otros dos personajes están caminando en ella, y así estás tú, cuando buscas trabajo y lo obtienes, tal parece que todo va muy bien, y empiezas a subir y cuando sientes que ya vas a llegar a la cima, algo sale mal y no llegas…
- A ver saca otra carta.
…El diablo, este personaje muestra tus miedos, si te fijas estos dos personajes están atados del cuello y sus manos las tienen en la espalda, pero no se sueltan porque no quieren, el personaje central los tiene dominados, pero ellos tienen la libertad de quitarse de ahí cuando quieran. Es lo que sucede contigo, tus miedos son los que te tienen atada a un trabajo que no te gusta, entonces, mientras no te decidas a vencer esos miedos ese trabajo lo único que te dará será para mal vivir…
… Una carta más. La torre. Esta carta es lo que veníamos viendo en la demás, mira cómo estos personajes quieren cosechar de una tierra que no da frutos, la hierba que quieren arrancar es poca y está amarilla, pero detrás de ellos hay un río y una tierra que da frutos, y más allá, en la lejanía, detrás de ellos está la torre y ahí hay fiesta, mira bien cómo fluye todo hacia arriba. Así estás, en este momento estás queriendo cosechar en tierra que no da frutos, y te conformas con lo poco que te da, pero no te atreves a mirar allá, donde la tierra es fértil y podrás obtener más. Quizá tu miedo sea el de no tener para comer, pero esta carta te muestra que ahí, en tus entrañas está el alimento que necesitas…
… Toma la última. El carruaje. Esta carta viene a finalizar todo. El personaje que va sobre el carro, está lleno de joyas y se ve que sus ropas son ricas, si ves, los caballos son del mismo color que los personajes de la carta del Diablo, y su mirada está acongojada, triste, quien está sobre el carruaje ha dominado a sus miedosa y ahora los utiliza en su beneficio, ha podido decidir hacia dónde quiere ir, y mira hacia el pasado con la satisfacción de saber que ha vencido, ha dominado sus miedos y ahora sigue adelante…
… En resumen, si no usas tus pasiones para tu beneficio siempre estarás estancada.’
El hombre barbudo había terminado de hablar y entonces lo empecé a ver más lejano, al observar mi entorno pude darme cuenta que era yo quien se alejaba.
6:30a.m., sonó el despertador, y al reflexionar acerca de mi sueño, me di cuenta de que fue real, mis manos olían a sándalo y la decisión estaba tomada.
Rosalba Martínez
Guadalajara, Jal.
