19.2.10

El verdugo

Las fauces de mi infierno han sido abiertas y ahora me quieren consumir con  sus ávidas llamas.
Los sentimientos más profundos de mi corazón quedan al descubierto cuando el cuidador de mi infierno sale a dar una mirada.
Todo lo que la gente no sabe de mi lo sabe mi peor enemigo, y con el poder del saber me hace see la peor persona del mundo, me hace sentir pero que la basura, que la escoria, me hace sentir como nada, como si la peor de las mujeres, junto a mi, fuera una verdadera reina.
El cuidador de mi infierno es mi enemigo, lo peor es que cuida mis más profundos secretos, las confesiones de un alma tan perversa como la mía, donde la inocencia no ha pisado nunca, donde el amor tiene ese lugar jamás ocupado, donde la alegría llegó por error, y cuando se dio cuenta de su equívoco salió corriendo.
El cuidador de mi infierno vive conmigo cada nuevo día y se convierte en mi verdugo al anochecer, me tortura y no me deja vivir, el cuidador de mi infierno.
Yo misma.

Devuélveme la vida

Cuando las heridas se cierran
y parece que todo está bien,
la cicatriz comienza a arder
solo para recordarme que
con esto te perdí;
que jamás volverás a ser parte de mi.
Que... tristemente...
en mis ojos ya no te reflejas.
Que rabia saber que
una sola palabra fue
cual fusil que mato a nuestras almas,
cual tornado sobre la ciudad.
Que dolor conocer que ahora
camino sola con mi soledad
y que en la distancia
ya no te he de encontrar.
Maldita la sensación mía
de tenerte junto a mi
y volteo pero no estás.
Te he buscado
en el aire, en el campo,
en la canción,
en las melodías, en las letras.
¡Ah! pobre del alma mía
desolada y triste está
rota en pedazos
anhelando retornar
a tu mundo, a ti.
Quisiera ser a veces
como el viento,
para poder encontrarte con solo soplar,
para poder hacer que
tu esencia regresara a mi.
Me muero sin ti porque
ya no soy yo.
Regresame tu presencia,
tu mirada, tu caricia,
¡Devuélveme la vida!

Recuerdos del hombre sonrisa (después de un trago)

Hoy tuve recuerdos de ti, de ustedes. De todas aquellas personas que fueron partícipes de mi cambio.
Los recuerdos fueron muy gratos, sonreí volviendo a ver tu silueta caminar por los pasillos del instituto, parado frente a mi entonado toda una sinfonía de movimientos y gesticulaciones, sentado hablando de vidas pasadas, de brujas que ya no lo son, de cuerpos que tuvieron vida alguna vez, escuchando de nuevo las melodías que tus dedos entonaban volando sobre el teclado para que yo pudiera dormir.
Por estas temporadas, después de los recuerdos, se te extraña, se te echa de menos en este pequeño nido de cucarachas donde ahora habito.
Volví a sentir el nervio de la primera vez que hablé contigo, del primer cigarro que fumamos en compañía uno del otro, sentí el temor de la primera desaparición que presencié, sentí la angustia de los días sin ti, de los días nublados y lluviosos en los que prometías volver pronto, sentí la alegría y el alivio al verte llegar al día siguiente con tu paso ligero y la sonrisa que evocaba tu cuerpo entero al caminar.
Sentí la tranquilidad de estar contigo, sentados en algún lugar, donde el mundo no existía y solo había espacio para tus palabras y tus enseñanzas.
Me sentí reconfortada como cuando volvíamos del hueco en el espacio y tiempo que abríamos para nosotros, me sentí viva y plena como en ese entonces, con todos los matices que mi ser tenía al terminar de escucharte.
Sentí la paz de aquellas llamadas nocturnas en las que me decías que seguías conmigo en los sueños.
Pude tener entre las manos y palpar el dolor de la separación, le di forma al anhelo que tenía de ti en las tierras lejanas donde me encontraba.
Platiqué de nuevo con el espíritu que vive en mi, me cuenta que lo he tenido olvidado mucho tiempo, me dice que me he olvidado de ti debido a las ocupaciones mundanas, me reclama el haberte hecho a un lado de mi vida, el haberte dicho palabras tan groseras y tan feas como “ya no te necesito”, me pide que volvamos a ser uno para tenerte con nosotros.
Tengo miedo de escucharle. En el espejo se ha vuelto a mostrar la sombra de aquello que fui gracias a que te encontré y el reflejo me dijo que de repente era bueno encontrarnos de vuelta como en casa, aún después del tiempo, aún a pesar de la distancia.
Tengo miedo de escuchar de nuevo tus palabras, tengo miedo de una nueva confusión. Sé que ahora las cosas no son como antes, sé que ya no soy tan ingenua, sé que tu presencia en esta etapa de mi vida puede ser hasta cierto punto benéfica, pero no sé qué tan bueno sea para ti que vuelva a mi camino.
Algo me dice que no me preocupe por ti, que me abrirás tus largos brazos de nuevo y me abrazaras; pero también me dice que será difícil volver al camino abandonado.

Las letras no me han dejado, es lo único que conservo de tu legado, es lo que pude poseer y enterrar hasta lo más profundo de mí ser para que no me dejara nunca. La única manera en que el espíritu se muestra ahora es a través del papel y el lápiz; hay veces que le necesito presencialmente, pero no sé cómo atraerlo a mí. ¿Deberé abandonarme a la noche para que haga de las suyas?

Con los retazos que me dejaste, construí unas alas para poder volar a donde quiera, y haciendo honor a esas alas he adoptado un nuevo nombre.

Tuya, como siempre.
Kelebek



17.2.10

Buenos días solecito!!

Hoy tengo una alegría que me invade por dentro y hace que me vea tan radiante como tú en mis recuerdos, ojalá pudieras verme.
El día de ayer culminó de manera fantástica gracias al bolsillo de mi compañero que ya me esperaba con una sopa instantáneas y un vaso de refresco, eso es para festejar!!
He sobrevivido  a mi primer día y voy contando el número uno de los benditos tropiezos de esta nueva vida, bienvenido sean si me hacen aprender!!
Festejo también que el astro mayor acarició mi piel cuando esperaba el autobús para trasladarme a este pedacito de oficina donde habito, el frío me calaba hasta los huesos cuando salí del nido de cucarachas, pero el sol hizo su trabajo cuando debía de hacerlo.
Festejo también que estoy viva y que respiro, que tengo dos manos que me ayudan a transcribir las ideas de un única y loca cabecita, dos piernas que bailan nerviosas cuando veo al mensajero parpadear,una boca que susurra tu nombre cuando estoy por dormir, deseándote un delicioso descanso, una nariz que inflama mi pecho cada que respiro y todo un conjunto de órganos que me mantienen con vida y salud para poder decirte que mi mayor festejo el día de hoy es por ti.
Festejo porque estas vivo y estas presente en mi vida y en la de muchas personas más, porque el mundo sin ti no sería igual (por lo menos no el mío); porque tienes un corazón palpitante en tu pecho que anuncia que estas vivo, festejo porque el día de hoy hace algunos años alzaste la voz en un grito para decirle al mundo 'aquí estoy , este soy yo!', y desde entonces has ido marcando tu camino, dejando huella donde quiera que te pares gracias a tu paso firme y fuerte.
Hoy levanto mi coctel de medicina para brindar por ti desde aquí, hoy mis dedos vuelan sobre el teclado para desear que sea uno de esos días inolvidables.
Quisiera estar cerca y darte un abrazo como sólo yo los sé dar, pero a falta de eso te dedico mis letras y espero que éstas te hagan sentir la calidez de mi abrazo y la frescura de mi beso en tu mejilla.
Que no se te olvide que yo te quiero.
Tuya.
Ross                                
(hoy tengo ganas de ser una mariposa y volar hasta tu encuentro)
Kelebek

11.2.10

Cuento de un día.

La mañana se iluminó por el sol como una promesa.

Salimos d casa con la esperanza de que el día fuera mejor que ayer y un poco peor que mañana. La pelirroja usaba un vestido exótico, tanto como ella. Se veía linda y encajaba más en el retrato que el freak hizo de ella.
Él con su traje habitual de desapercibido y una máscara caliendo del bolsillo de su pantalón para usarla ‘solo en caso necesario’.
Yo, después de una hora de usar artilugios para verme mejor, salí peor que en día de campo.
Caminamos los tres en silencio, participándonos nuestros pensamientos a través de miradas y sonrisas. Fijamos la hora en que el plan se realizaría. Me quedé en un cruce y encomendé a los dos locos a su destino.
Yo corrí, corrí mucho, a veces me fatigaba, pero llegué a la casa del magnate de las telepatías rogando por un trozo de pan; aceptó dármelo a cambio de un poco de esclavitud. Cerramos el trato.
Después me encontré con la menuda dibujante, hablamos de los colores que vamos a modificar en el arco iris, de cómo planea vestir a Chiapas y de cuándo pretende bañar su cuerpo en el mar. Fue un encuentro breve pero agradable.
Un rato después fui a charlar con Catadora de Sonrisas y le expuse mis puntos en contra de su suicidio. No hay vuelta atrás, lo hará y yo la contemplaré gustosa de que sea firme en sus decisiones.
El nido de cucarachas me esperaba gélido como de costumbre, les pedí hicieran un huevo para recostarme a espiar la correspondencia que mantienen Catadora de Sonrisas y el Joven Huesudo. Me han dejado fascinada las líneas que con esmero Huesudo le dedica a Catadora, es admirable como ha crecido su letra.
Con la recomendación ‘a darle’ me fui perdiendo en los brazos de Morfeo, mientras las cucarachas se acurrucaban debajo de mi axila para recibir un poco de calor. Soñaba con un gran teatro adornado con telas de múltiples colores, en el escenario los actores reían y lloraban todos a la vez, bailaban siguiendo alguna extraña melodía que entonaba la orquesta inexistente. Podía sentir la música en mis oídos era parecida al sonido mágico de las hadas, pero llegó un momento en que se hizo más fuerte, y los actores bailaban frenéticamente, tanto ruido visual se me pareció insoportable y tuve que despertar, sólo para darme cuenta de que el sonido provenía del móvil y que Freak me buscaba; tardé un poco en reaccionar y cuando fui a su nido el y Pelirroja ya no estaban.

Por el momento me encuentro sentada en las raíces de un árbol, esperando a que Freak llegue; mientras, la brisa de la noche congela mis dedos. Las sienes me punzan. Fue un día de emociones fuertes. Espero poder despertar mañana.

Escrito en las jardineras de Chapultepec. (bello, muy bello lugar para estar con Soledad)



K.