29.4.11

Capítulo 1: Septiembre


Nos encontramos por primera vez en una casona vieja del centro histórico. Yo estaba en ropa deportiva y camiseta porque estaba afanada en las labores de limpieza. Esa casa estaba destinada a ser una galería de arte y algunas de sus obras serían colgadas en la inauguración del lugar. Llegó acompañando a otro artista que  se encargó de presentarnos. Estuvieron solamente cinco minutos y él sólo dijo su nombre y un adiós. La segunda vez que lo vi fue en el taller de los artistas. Estaban todos reunidos alrededor de una amplia mesa de trabajo seleccionando las obras que serían colgadas en la galería. Mery y yo fuimos a verlos porque queríamos enterarnos de las dimensiones de los trabajos para tener una idea de dónde los colocaríamos. Todo mundo hablaba, yo no sabía nada de lo que estaban hablando así que me limité a callar y observar. Por su expresión pude adivinar que él tampoco sabía nada. Me invitó a sentarme en un tronco que estaba en el suelo, junto a él.  Transcurrió media hora y salí de ahí aturdida por el humo de la marihuana y tanta conversación. Me enteré que en ese taller se había decidido el nombre de la galería.  Lo volví a ver una semana después. Lo forzaron a ayudarme a pintar un cuarto, ése fue el primer día que hablamos. Me contó que leía poco pero que le gustaba lo que había leído, se declaró fan de Bukowsky y de Cervantes. Tuvimos una amena plática y cuando hubo terminado de pintar su pared se fue. A partir de esa tarde de mediados de septiembre tuve la certeza que nos veríamos seguido.

26.4.11

Miedo

¿Cómo explico este palpitar en mi pecho? Justo en este momento las piernas me tiemblan y no puedo pensar con claridad. Pienso que esta reacción corporal obedece al miedo que sentí. Es increíble que ese acto del viernes por la noche me haya dejado tan a la defensiva. Pude ver en mi cuerpo un mecanismo de defensa natural, no lo esperaba. Siento en mi sangre crecer el coraje. Necesito ayuda!!

17.4.11

Esa que desafía la lógica.

- Bueno, cuenta de qué va la propuesta.
- No es propuesta, es un plan.
-¿Y en qué consiste el plan?
- En conseguir un trabajo en la ciudad, conseguir un dinero y luego largarme a donde quiera con dinero en la bolsa.
- Jajaja. Suena lógico
- Si, ¿verdad?
- Ahora que lo veo, creo que siempre he actuado en contra de toda lógica.
- Yo también lo he pensado.

Esa conversación me puso a pensar en cuántas cosas he hecho, que de haberlas pensado no hubieran sucedido. Esta pequeña etiqueta va a tratar de esas cosas y sus consecuencias.

16.4.11

De esas certezas

Por la tarde de ayer llegó a la puerta de Luz de Luna un hombre de entre veintisiete y treinta y dos años, delgado, cabello corto y con sombrero de  palma en la cabeza.Su aspecto era el de una persona que venía de mucho caminar, llevaba la ropa llena de polvo pero los pies limpios en sus sandalias, una mochila enorme en la espalda y una sonrisa brillante en el rostro. Lo recibí como a todos los huéspedes, pero su presencia me inquietó. Me sucedió que en las entrañas sentí nerviosismo y después la certeza de algo, como en aquellas ocasiones en las que uno está seguro de que algo va a suceder, de esas veces que se siente en las vísceras y que el sentimiento se recorre hasta la boca. Caminamos al dormitorio, le mostré su cama y lo dejé. Hoy por la mañana, mientras hacía la limpieza del dormitorio se acercó a platicar conmigo. Hablamos de muchas, muchas cosas como si fuéramos conocidos de toda la vida. Me contó de sus proyectos, su nueva casa, sus estudios. Le conté de mi trabajo, de mi vida, de mi escuela. Pasó más de una hora y no se terminaba la conversación. 
Llegó el momento en que él se despidió. Ya con la mochila al hombro, me llamó y me pidió que lo dejara darme un abrazo. Después me dijo: 'Nos vemos en el camino, que tengas buen viaje'. Se dio la vuelta y salió del hostal.

¿Por cuánto tiempo me preguntaré qué significa eso?

11.4.11

Esas historias prendientes.

Parte de una conversación vía messenger con una amiguita.

Bueno, todo pasó un sábado por la tarde, pero comenzó un sábado por la mañana, un sábado 28 de agosto de algún año, un personaje femenino, al que llamaremos Mujer fue a trabajar. Fue un sábado único por que Mujer nunca trabajaba en sábados. Fue una mañana gris, acababa de llover en Guadalajara. La mañana de ese sábado fue tediosa en el trabajo de Mujer, ella ansiaba con todas sus ganas que su jornada terminara para poder ver al otro personaje de esta historia.
Ese personaje es de sexo masculino y lo llamaremos Hombre. Bien, Mujer necesitaba con urgencia que su jornada terminara para poder ver a Hombre.
Mujer quería mucho a Hombre. Hacía muchos años que ellos dos se conocían , a pesar de que esta historia se escribe justo ahora.
Hombre era el único amigo de Mujer en esa ciudad que era ajena a los dos. Ese sábado gris de agosto, cuando Mujer terminó su jornada, hacía mucho calor. Mujer se sentía aburrida y en la calle a pesar de ser un día gris, el calor fatigaba, así que decidió nadar un ratito por la red y estando en la ahí, un mensaje de Hombre se hizo presente: 'Hija te espero en donde todo mundo se limpia de los pecados'. Mujer entendió el mensaje y fue en seguida.
Así pues, Hombre esperaba a Mujer sentado en una cama. Hacía calor afuera, pero la urgencia de tabaco los hizo moverse. Fueron por tabaco y volvieron a la cama.
No había nada que hacer, el mar en donde se tiende la red se había secado y  Aburrimiento los iba a matar. En ese momento, cuando Aburrimiento iba llegando, hombre sacó a Guitarra de su funda y empezó a tocar, con su voz aguardientosa, entonó la primera estrofa de una canción: 'En la feria ya es hora de cerrar'. Mujer continuó la canción
Guitarra daba la nota, Mujer la voz y Hombre el acompañamiento. Un nuevo mensaje se hizo presente. El mensaje de Amistad perpetuando ese momento y guardándolo para la posteridad.

Del 96

Hoy pongo acá el borrador de un texto. Es a penas el comienzo de algo que quiero que crezca y que se va a editar para quitar pequeños errores.

Dice mi mamá que cada año íbamos a la feria. Yo no lo recuerdo porque en ese entonces era muy pequeña y mi memoria funciona de mis siete años a la fecha. En casa hay una foto en la que estoy sentada en ‘Kit, el auto increíble’ junto con mi hermano y mi papá, esa es la constancia de que, efectivamente, de pequeña visité la feria. Pero mi primer recuerdo de una visita es a los ocho años. Mis primas mayores fueron a pedir permiso a mi mamá ‘para llevar a la beba a la feria’, mi mamá les tenía mucha confianza y les dijo que sí. De inmediato mis primas me bañaron y me pusieron un vestido blanco con cerecitas, me hicieron dos coletas en el cabello que amarraron con unos listones rojos y partimos. Me acuerdo que el camino se me hizo eterno porque no sabía en dónde estaba, me sentía muy ansiosa, y por fin llegamos. Nada más recuerdo ver la pared café de la fachada, por aquel entonces todavía medía menos del metro con cincuenta así que yo entré gratis. Había mucha gente ahí. Todo mundo caminaba, se escuchaban risas de niños y grandes y de momento yo no entendía todo lo que pasaba. Una mano tomó la mía y empezamos la caminata. Recuerdo haber visto el letrero que anunciaba a un hombre lobo en el circo, también me acuerdo de haber visto un escenario en donde había unos muchachos tocando y mucha gente coreando las canciones. Mis primas se detenían donde podían y compraban muchas cosas, a mi se me antojó una manzana con caramelo que en cuanto la pedí me dijeron que no porque iba a ensuciar mi vestido. La verdad era que llevaban a la ’beba’ para apantallar a sus novios. Toda la tarde fui como un adorno, una extensión de mis primas que no podía ni pedir ir al baño porque seguramente habría una negativa. Pero ser un adorno no me impidió observar. Yo no sabía que justo ése día era especial. Antes de  las ocho de la noche, ya cansada y con ganas de volver a mi casa, toda la gente se empezó a reunir en la plaza del centro de la feria. Unos señores empezaron a subir por un poste altísimo y luego comenzó a escucharse la música de una flauta; ya cuando los hombres estuvieron en la punta del poste empezaron a volar. ¡Qué libertad debían sentir los señores! ¿Cómo le hacían para volar si no tenían alas como los pájaros? ¡Se van a estrellar en el piso! Me sentía maravillada y muy atraída por lo que estaba viendo. En realidad, no daba crédito porque yo sabía que los hombres no podían volar si no era en avión. Los señores que volaban, cuando estaban a punto de llegar al suelo se fueron incorporando hasta que lo primero que tocó tierra fueron sus pies, así evitaron un golpe fuerte. Se escucharon aplausos de todos los espectadores y después silencio. Unos minutos después algo estalló y en seguida algo más y después una serie de estallidos que no se detenían, yo no alcanzaba a ver lo que sucedía enfrente, pero arriba muchas luces de colores adornaban el cielo. Rojo, dorado, azul, verde, blanco, así se iban sucediendo los colores en el cielo, parecían otras estrellas unas más brillantes, con más vida que las blancas pálidas que normalmente nos vigilan. Algo me invadió, lo sentí entrar desde mi cabeza y recorrer cada parte de mi cuerpo para salir luego por la punta de los pies, después volvió a entrar. Me dieron unas ganas inmensas de reír y de saber qué era aquello. Le pedí al novio de una prima que me cargara. Me levantó por encima de su cabeza y pude ver, frente a mí, con esas mismas estrellas de colores, unas letras grandes que decían ‘FERIA LEON 96’.

6.4.11

El día

Ya dijeron esos locos por ahí 'hay días en que valdría más no salir de la cama'. Este fue uno de esos.
A hacer historia.
La húngara partió anoche y me dejó desolada. Anoche no podía imaginar mis días sin ella y hoy que me levanté y no la escuché reír en el patio fue mi perdición, fue en ese momento que me di cuenta de que era verdad. Se había ido.Las ganas de correr se fueron con ella y bajé a tomar el desayuno. En la mesa, como de costumbre, estaba el mundo entero reunido. Es divertido escuchar muchos idiomas resonar en tus oídos al mismo tiempo.Salí a la calle. Tenía la plena intención de ver trabajar a los pintores (esa es para mi una ilusión reciente). Tomé el camión y empecé el viaje de una hora. Iba toda emocionada porque me disponía a trabajar ahí. Cuando bajé del camión una puerta entreabierta me presagió una mala noticia. Efectivamente había nadie en el lugar. Esperé por treinta minutos y nadie llegó. Eso me puso muy de malas. Decidí regresar al centro y me detuve en un café internet. Estuve charlando con algunas personas y me llega la noticia de que tengo una aventura con mi amigo. ¡Yo ni me di cuenta cuándo empezó!
Para colmo mi pseudonovio me dice que no nos podremos ver (qué raro) porque iba a asistir a una marcha ¬¬.
Regreso al hostal a tener una grata comida con mi amigo (sí ese con el que tengo mi aventura). Mi pensamiento estaba lejos, ausente, ahora sí estábamos jodidos los dos porque ninguno estaba de un humor grato.
Después de la comida vino el relax. Fui de nueva cuenta al estudio de los pintores. Tanto caos ahí puso mas conflicto a mi cabeza. Mi mal humor no desaparecía hasta que: '¡gatito, gatito!' y la voz de Sofía vino a distraer mi mente para bien.
Una pequeña (enorme) de dos años buscaba con su voz finita a la gatita que se escondía tímida entre lienzos y pinceles. Hoy, esa nena y su voz fueron mi tabla de salvación.

2.4.11

Pecados

Buenos orgasmos los de anoche pero ¿qué mas?Ahora no puedo tomar las situaciones de la misma forma. Está bien, todo me es lícito.