17.2.11

La entrada cien

Hoy me siento muy contenta por que esta es mi entrada número cien, y también me siento nerviosa porque quiero que cada ciento sea especial, pero no sé qué compartir:
podría poner una canción que formó parte del soundtrack del día de hoy en el hostal











Podría contar la historia de una calurosa tarde de sábado en la ciudad de Guadalajara cuando dos personajes fuera de lo común se encontraron en una habitación poco convencional para cantar canciones al son de una guitarra. Podría también decir que esa tarde fue, para uno de los personajes, la mejor tarde que pudo haber vivido en años.


Pudiera platicarles la historia de un joven pintor que luchó contra viento y marea con tal de dar a conocer su arte, que dejó todo en sus obras. Que arriesgó todo por el arte. Llegó el moento en que no le quedaba nada más lienzos que pintar ni más pintura que usar pero aún tenía muchas cosas que contar y cuando eso sucedió...


Puedo mostrarles fotografías de lo que ha sido mi vida en estos últimos meses, puedo narrar todas las cosas que pasan en la galería, puedo contarles de un amor inexistente, de mi nueva hermana húngara... Puedo hacer y decir muchas cosas para que esta entrada de blog sea especial.
¿Ya se dieron cuenta que es la primera vez que les hablo a ustedes?
La entrada cien va bien, pero podría ir mejor.
Lectores (ah qué dificil usar esa palabra, ¿habrá alguien que lea?), los invito a hacer más especial la entrada cien.

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