Estimada Damballa:
¡Tamaña sorpresa y disgusto adivino en el rostro de vuestros padres!, ¡me parece ver sus gestos como ahogados! (y me agrada, debo añadir).
"Haz lo que quieras, esa será la única ley", veo que finalmente comprendéis y cumplís con vuestra estrella. No podría estar más complacido al veros dar los primeros pasos, hija mía. Ante vosotros un mundo de posibilidades, seguid al caballo azul de vuestra locura, os llevará a través de los valles y desiertos a un mundo nuevo e Intermedio, os llevará sobre su lomo, cabalgando las alturas, allá donde el cadáver de Dios se pudre, en cuyo vientre sembré yo a Rebelión II: la Rosa de la Noche.
Toma mi mano, cruza a través mío al Otro Lado, he confeccionado para vosotros el Castillo de la Poesía, de mi mano cruzaréis el Bosque Anhelo y una vez a las puertas de vuestro palacio os concederé vuestro más ferviente deseo... Eternidad y Belleza nos aguardan.
Extiende vuestras alas, Señora del Manto Eterno, la Noche, Infinita como el Sueño, os aguarda, y, en ella, yo, Emperador, con celo religioso, guardo vuestra corona...
Id tras vuestros sueños, pues son ellos el Cuervo y la Mandrágora...
Atte: Armand
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